Corrí porque necesitaba verlo. Sentir que aun vivía y que lo hacía por mi.
Un mes sin él, escondí mi culpa por no haberlo extrañado y sonreí hasta con las amigdalas.
Cuando entré estaba recostado mirando la luna mas al escucharme corrió a mi encuentro, saltando de contento, adivinando el corazón que no lo había olvidado nunca.
Cuando mis padres entraron se escondió en la sombra.
Siempre respeté la promesa que le hice al descubrirlo... y aun vive de incógnito en mi pieza.
4 comentarios:
¿Un mes? Es un milagro haberlo encontrado vivo, aunque también depende de lo que fuera él o eso, claro. Dejas un campo abierto a la imaginación, y al mismo tiempo hablas de una gran fidelidad, por ambas partes. Muy bueno, como siempre, corto pero intenso. No te alejes tanto tiempo.
Besos enormes y fuertes.
Uff. A pensar tocan.
Me gustó, si.
Besos, Diana.
gracias por los comentarios amigos!!!
Un amor platónico para la maturbación? Los amores platónicos no suelen dar problemas.
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