Los niños se perdieron un año atras y la vegetación del lugar les ayudo a paliar el hambre... pero la perversa necesidad de carne pudo más, y saciar su apetito voraz terminó por enajenarlo.
Cuando rescataron al pequeño sobreviviente, este todavía tenía entre sus mano un femur al que relamía de vez en cuando.
6 comentarios:
Ufff! Al límite! ¿A dónde sería capaz de llegar uno en ciertas situaciones? Tu relato abre una pregunta al aire, una reflexión que creo que sólo será contestada en el momento en que uno se encuentre en ciertas circunstancias atrapado. ¡Qué fuerte!
Besos dulces cielo y feliz fin de semana
Gráficamente hablando....arroz, que carne hay!!! Fuerte. Un abrazo.
El diantres!!!! De verdad que aquí te dejaste ir de forma maravillosamente impactante, como me gusta!!!!! Me has hecho soñar. Mil graccias guapísima por esta entrada y por tu comentario en mi blog.
Un abrazo muy fuerte,
Yo
Para los niños solo está el ahora y este necesitaba sobrevivir. Texto este, que abre una vida de continuaciones.
Besos, Diana.
Te aconsejo que leas "El señor de las moscas" de William Golding
Este tipo de relatos es el que más me gusta. Excelente!!
Besos!!
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