sábado, 15 de octubre de 2011
Cuidado
El rostro macilento apareció por la ventana provocando miedo en las personas que pasaban distraídas.
Dos jóvenes religiosos golpearon la puerta para imponer sus creencias y ella los corrió haciendo silbar su rebenque por el aire.
La mujer tenía mucho de loca y otro tanto de rabiosa, nadie se le acercaba y mucho menos se pensaba en trabar algún tipo de comunicación.
Cuando la Junta Protectora del Vecino Atemorizado se enteró de ello, se dirigieron a la casa, con cascos y bastones de goma dispuestos al combate.
Ella torció algunos cuellos, rompió un par de brazos y se comió a uno delante de los pocos miembros de la Junta que quedaban sin mella. Luego relamiéndose entró a su casa, regurgitó un poco de carne, y se tumbó junto a su hijo enfermo para alimentarlo. Si se acercaban de nuevo, no tendrían tanta suerte.
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10 comentarios:
¡¡¡Guau!!! En ocasiones hace falta ser leona cuando se es madre.
Cuidado pues, cuidado!!!
Besos tesoro!!!
PD: porfi, que se me guarde, porfi, que se me guarde, porfi, que se me guarde..........
¡¡¡¡¡¡BIEN!!!!
Mamá está enojada...!
Qué feroz la mamá, buen cuento.
Saludos amiga
Como tiene que ser.
Me gustó la rudeza de tu texto.
Saludos.
Espléndido! me ha encantado. Por cierto ya también estaba o estoy en El Microrrelatista, pero hace tiempo que no publico, soy más de macrorrelatos. Vengo desde elblog de mi amigo carlobito.
Un abrazo.
Hembra criando, hembra peligrosa.
Muy bueno, Diana
Besos
Toda una leona para defender a su cachorro, muy buen cuento.
Besos
Precioso. Una dulzura de cuento.
Bravo.
Animalica: Quién podría juzgarla por ello?
Abrazote fuerte en la distancia! (Aunque no hay distancia entre vos y yo q no sea salvable)
BESOS MIL,
Male.
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